Los niños pequeños o “toddlers” son encantadores, ¿ no lo crees? Verlos desarrollar su pensamiento y su creatividad es fascinante, y nos encantaría que esta etapa dure un poco más.
Claro que en ocasiones deseamos que pase rápido, porque junto con esa creatividad e inteligencia recién descubierta, normalmente vemos cómo desafían los límites, y esto suele ser frustrante. Yo lo sé, porque también tengo a mi pequeña de 3 años!
En mis primeras consultas con padres de niños pequeños, usualmente me cuentan historias graciosas sobre la hora de acostarse. Me cuentan, algunas veces con timidez, cómo su pequeño consigue 3 o 4 cuentos, a veces 5, y que usualmente piden un vaso de leche del cual solo toman solo un par de sorbos, después quieren despedirse de una forma especial y prolongada, y los papás se preguntan cómo llegaron a esto.
Y siempre sucede de la misma manera, poco a poco.
A los niños pequeños les encanta probar límites, y saben que lo único que quieres de ellos a la hora de acostarse es que se vayan a dormir, así que usan esto a su favor. Yo sé que esto suena un poco maquiavélico, pero es su forma de ver hasta dónde llegan tus límites y cuánta autoridad realmente tienes.
Así que una noche piden un vaso de leche, y los papás dicen “bueno, cuál es el daño?”. La siguiente noche vuelven a pedir el vaso de leche y un cuento extra. Una semana después quieren el vaso de leche, un cuento más, tres abrazos y dos besos de buenas noches. Poco a poco, ésta loca rutina para acostarles queda establecida de acuerdo a lo que el niño quiere.
Y la verdad es que… hay dos soluciones simples:
1. Establecer una rutina corta (20-30 minutos)
2. Nunca desviarte de esta rutina.
Es tan simple como esto. No bromeo, apegarse a las reglas puede ser todo un desafío, porque van a preguntar, van a probar, se van a quejar, pero si mantienes tus reglas, entenderán más temprano que tarde que la hora de acostarse no está en discusión.
Esto les beneficiará a ambos, a pesar de que tu pequeño no esté de acuerdo. Los niños pequeños se sienten muy cómodos al saber que nosotros, los padres, estamos a cargo y confían en sus decisiones. Les da una sensación de seguridad. Si comienzas a permitirles que ellos tomen decisiones, la realidad es que ellos sentirán que están a cargo, y esa sensación de mamá sabe lo que está haciendo comienza a desvanecerse.
Además, una rutina repetitiva y consistente a la hora de acostarse es muy propicia para una buena noche de sueño. Manda señales al cerebro para que empiece a secretar melatonina y le da señales al cuerpo para que empiece a relajarse y se prepare para un sueño relajante y reparador.
Por último, nunca más tendrás que explicar a tus amigos cómo tienes que hacer pancakes a tu pequeño las 10 de la noche para que vaya a la cama.
Dulces sueños,
Paula